Elegía-Vida en fotos














luminosa y profunda, mujer de buena fe, ¡cómo nos harás de falta! ¿Con quién conversaremos? 


– "Ridículo" – escucho que me dices con esa tu dulzura. 


¡Cómo nos quisiste a todos! ¡Nos adoraste!  Ay, tía adorada, no aguantaste ya este vivir, que es un combate y es una belleza. 


No lo soñé. Anoche, en la oscuridad, me visitaste como una sombra verde. Confirmé con certeza que ya ves el origen del mundo y de la vida, y te vislumbré armada con un pincel y oí que me decías:


– "Vamos a cazar colores entre troncos y flores" – y una sombra verde me acariciaba y me pasaba la mano por la frente: eras tú quien me hablaba y me mostrabas tus dibujos de reptiles verdes y cromosomas coloridos, y del susto abracé a Diana y Diana me dijo es ella, claro, habla con ella. 


– Y así ahora hablo contigo. Tus ojos anchos y dulces, tu altivez y timidez, tu amor a la vida, a la luz, a las montañas verdes, tu dicción perfecta, tu delicadeza, ay, está bien, no hay que llorar. Hay que ser fuertes. Seguir tu ejemplo de amarnos a todos. De suavizar todo. 


Ay, tía tersa. Siempre, siempre estarás conmigo y con nosotros. Te amamos.


(Palabras de Sebastián Pineda, tu sobrino)

Extensivas de: 
Tus sobrinos Tatiana, Santiago, Max; tus hermanas Silvia y Mariú, y tus hermanos Felipe y JR; tus cuñados Susana, Pacho o Cachu, Diana y Francisco; tu sobrina-nieta Valeria. 


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En sus 15 años (de izquierda a derecha) María Eugenia Pineda, Bertha Artistizábal, Yolanda, Silvia Pineda.

Con su sobrina nieta Valeria, a quien adoraba.

Gran lectora, aquí leía los instructivos de la pequeña guitarra para su sobrina-nieta.
En el grado de su sobrina Tatiana Pineda como médica de UNAL

Con amigos del alma
Con sus sobrinos Tatiana y Santiago Pineda
Con sus amigos del alma
Sus ojos anchos y dulces, llenos de cosmología. 
Encendiendo la chimenea
Penúltimo cumpleaños